Ferrari GTC4 Lusso: Presentación oficial en España
- Fran Borrego
La entrada de hoy es algo diferente a lo que os tenemos acostumbrados. Como amantes del motor, el poder asistir a un evento así es un privilegio y queremos transmitiros con pelos y señales cómo lo vivimos. Huelga decir que ni es un reportaje pagado ni Ferrari o el concesionario nos ha dado directrices para escribirlo. Estas palabras simplemente plasman las opiniones de un aficionado que ha podido disfrutar de cerca de una máquina de este calibre.
Marbella, 4 de junio. A las 17:30 de la tarde, bajo un Sol de justicia me encuentro frente a uno de los concesionarios con más tradición en la venta de coches de superlujo de España: C de Salamanca. En esta situación no puedo evitar pensar “¿qué haces aquí, Fran?” pues -lamentablemente- no suelo frecuentar estos sitios, sino que siempre ando entre quedadas, talleres y tandas. Pero lo de hoy era diferente, y no pensaba dejar escapar la ocasión. Al fin y al cabo, ¿cuántas veces invitan a uno a la presentación de un nuevo Ferrari?.
La convocatoria es a las 18:00, así que como me sobra algo de tiempo me doy una vuelta por los alrededores del concesionario, a ver si puedo ver algo interesante desde fuera, sin embargo, apenas veo un par de coches aparcados. Parece que lo bueno está a buen recaudo.
Los minutos pasan y finalmente nos permiten el paso al concesionario. El sitio es impresionante: la entrada da a un gran patio con un aparcamiento cubierto y varias dependencias que son los concesionarios individuales de cada marca y, finalmente, un gran taller.
En el aparcamiento cubierto ya se intuye el nivel de las máquinas con las que trabajan aquí: desde unos preciosos y
elegantes Aston Martin DB9 y Vantage a un espectacular Ferrari F12 negro mate escoltado por un 512TR y un 355…
pero sin ninguna duda uno de los coches más llamativos es el novísimo Bentley Bentayga, el cual tengo la suerte de
poder ver por dentro y escuchar como suena gracias a la amabilidad de uno de los vendedores del concesionario. Justo a
su lado hay un flamante y no menos espectacular Mulsane. En este patio hay maquinaria para todos los gustos, desde
superdeportivos a las más lujosas berlinas y SUVs.
Y, precisamente, a un lado del patio veo algo que me llama muchísimo la atención: ni más ni menos que un espectacular
BMW M3 E30 cabrio de estricta serie y con matricula original. No puedo evitar admirarlo pese a estar acompañado por
sendos Ferrari F12 y California a la izquierda y un Range Rover Evoque a su derecha… al fin y al cabo, soy
un Street Runner y el M3 E30 es uno de los santos griales de la automoción, más aún si está en un estado tan
espectacular de conservación.
Después de husmear por todos los concesionarios y deleitarnos con coches de la talla del Maserati Quattroporte, Range
Rover long wheelbase o el Ferrari 488 Spider llega el momento que estábamos esperando: nos abren las puertas de la
tienda Ferrari. Entramos a una sala de exposición cuidada al detalle: se nota que no son nuevos en este tipo de
eventos. En el centro de la sala cobra todo el protagonismo un espectacular coupé shooting brake, color Rosso Fiorano
Mica que realza cada ángulo de su carrocería y que además le otorga una elegancia sobresaliente: estoy ante el nuevo
GTC4 Lusso.
El coche sigue la misma filosofía que el Ferrari FF, al cual sustituye: Un larguísimo coupé 2+2 plazas de casi 5 metros
de largo con un maletero “suficiente” para poder viajar con algo más que con lo puesto y con una comodidad que nada
tiene que envidiar a otros coches más burgueses como el Bentley Continental GT. El GTC4 tiene una linea mucho mas
refinada que su antecesor: el morro adopta la línea de las ópticas de los nuevos 488, California T y F12, más suaves
que las angulosas del FF y el 458. El paragolpes frontal, al igual que el FF, también tiene una enorme entrada de aire
que domina casi todo el ancho de éste, pero el diseño es más refinado y a la vez agresivo gracias a apéndices
aerodinámicos en la parte inferior.
El musculoso lateral ha ganado en elegancia también sustituyendo la salida de aire que incorporaba el FF por una
branquia que me recuerda a las del 330 GTC y unas líneas más fluidas. La parte de atrás es, en mi opinión, donde más ha
mejorado con respecto a su antecesor: la principal diferencia son las ópticas traseras. Los diseñadores han pasado del
piloto individual a uno doble, más acorde con el diseño clásico de la marca. Otro detalle que marca la diferencia en la
zaga es el alerón de visera que corona la parte de arriba del portón del maletero, haciendo que la caída del techo sea
más liviana. En la parte baja de la trasera se aprecia un paragolpes con un gran difusor con triple rejilla y dos
salidas dobles a ambos lados de éste.
En definitiva, lo que más llama la atención exteriormente es lo bien que fluyen todos sus ángulos. En la marca de
Maranello han conseguido que en su nueva creación, pese a ser un Gran Turismo, no se vea excesivamente grande ni
aparatosa. Es un ejercicio de diseño impecable.
Accedo al interior mediante una larga puerta sin marco, forrada interiormente por un cuero color camel de una suavidad
excepcional. Al sentarme, lo primero que me llama la atención es lo bajo que va el conductor para ser un coche con 4
plazas y de carácter “familiar”… al fin y al cabo, no deja de ser un Ferrari. El asiento, un semibaquet del mismo
cuero camel que la puerta es muy cómodo y , aunque parado, noto lo bien que sujeta. Pongo los pies sobre los pedales de
aluminio y, pese a mi 1.90 de altura, el habitáculo se me hace muy confortable, desde la distancia de las piernas
respecto al volante hasta la de la cabeza con el techo.
Todo queda en su sitio para conducir cómodamente. Sujeto el volante de piel negra y, de nuevo, el tacto es excepcional.
El volante multifunción, tal y como viene haciendo la marca en estos últimos años, aglutina la mayoría de los controles
necesarios para la conducción, asegurándose así de que no sea necesario soltar las manos del mismo para nada. En él
tenemos desde el botón de arranque y parada hasta los del manos libres, los intermitentes, el botón de ajuste de la
suspensión y, por supuesto, las levas del cambio. El manettino sigue siendo el protagonista del volante, dándonos a
elegir entre los diferentes modos de conducción: nieve, mojado, confort, sport y ESC desactivado.
Como todo lo demás, el salpicadero está forrado de piel y aloja una pantalla central de 10 pulgadas que, a diferencia de
otras que parecen una tablet metida con calzador (hola Mercedes), está perfectamente integrada y no se ve
desproporcionada pese a su gran tamaño. Frente al asiento del copiloto el salpicadero integra otra pantalla donde se
puede visualizar a todo color diversa información del coche, desde la posición del manettino hasta el
cuentarrevoluciones y velocímetro.
Sigo observando detalles del salpicadero y encuentro pinceladas de Ferrari por doquier: los controles del climatizador
bizona y la consola central -con una guantera de piel- comparten espacio con los botones del cambio y el botón
del Launch Control. A diferencia de a lo que solemos estar acostumbrados, entre los asientos también se aloja el
hueco donde se inserta la llave del coche. En lo que respecta a los asientos traseros, me resulta especialmente
llamativa la forma de estos: son prácticamente unos semibaquets que, al igual que los delanteros, sujetan perfectamente
y son muy cómodos. Sin embargo, el espacio en las plazas traseras escasea, aunque teniendo en cuenta mi envergadura rara
vez me siento cómodo en la parte de atrás de un coche. En Ferrari no se han olvidado de los pasajeros traseros: la
consola central trasera incluye unas toberas del aire acondicionado y un reposabrazos.
Antes de salir del coche aprovecho y acciono la palanca de apertura del capó delantero: no puedo irme sin ver el corazón
de la bestia. Me dirijo al enorme capó de aluminio y lo levanto sin esfuerzo, pues se mantiene abierto mediante dos
hidráulicos que me facilitan la vista de vano.
Aquí hay poco que ver: el vano está completamente tapado por plásticos a excepción de un único elemento: el motor. El GTC4 Lusso monta el mismo motor V12 de 6.3 litros de cubicaje del Ferrari FF, en esta ocasión potenciado hasta los 690 cv a 8000 rpm, que le otorgan al coupé una velocidad máxima de 335 km/h. Pese a que no nos dejan arrancarlo, tengo la suerte de que lo hace uno de los comerciales durante apenas unos segundos, sin embargo son suficientes para hacerme ensordecer: el sonido del monstruo de 12 cilindros es brutal, agudo y contundente, como debe sonar todo V12 de Ferrari. Un sonido que evoca los mejores años de la F1.
Tras admirar el motor me dirijo al maletero que, al igual que en el FF, tiene una boca grande y de fácil acceso. De
todas maneras, aunque es un coche más familiar que un Ferrari al uso, no destaca por la capacidad de carga de su
maletero. Sin embargo, es más que suficiente para meter las maletas de 4 personas para un fin de semana (y,
teniendo este coche, ¿a quién le importa tener que llevar un conjunto de menos?). El maletero está dividido en dos
niveles e incluye una trampilla para esquís.
Uno de los puntos en los que la marca del cavallino ha puesto más empeño es la tracción. Al igual que en su antecesor,
ésta es integral (denominada Ferrari 4RM-S) y se diferencia del anterior modelo en que éste incorpora un sistema de
dirección en las 4 ruedas, como en su día hiciera Nissan en el 300ZX o Honda en el Prelude… salvando las diferencias.
La tracción, junto con el diferencial electrónico al que Ferrari llama E-DIFF y acompañado de sus 690cv catapultan al
Lusso hasta los 100km/h desde parado en apenas 3,4 segundos a pesar de sus 1790 kilos. Aunque su enfoque sea familiar,
el coche tiene un rendimiento brutal: no deja de ser un Ferrari, y Ferrari no hace coches de paseo.
Pese a no haber podido experimentar por mí mismo las sensaciones en movimiento de la nueva creación de los genios de
Maranello me voy a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Al fin y al cabo, llevo la pasión por los coches en las venas.
Espero haberos podido transmitir una pequeña parte de las sensaciones que viví la semana pasada y que hayáis disfrutado de la lectura tanto como yo lo hice en la presentación.
Agradecimientos
Agradecemos al concesionario C de Salamanca Marbella la invitación y trato excepcional que recibimos.
Ferrari GTC4 Lusso
Motor:
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Tipo: V12 a 65”
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Cilindrada: 6262 cm3
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Potencia máxima de salida: 690 cv a 8000 rpm
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Par máximo: 697 nm a 5750 rpm
Dimensiones:
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Largo: 4922 mm
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Ancho: 1980 mm
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Alto: 1383 mm
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Peso en vacío: 1,790kg
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Reparto de pesos: 47/53
Prestaciones oficiales:
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Velocidad máxima: 335 km/h
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0-100km/h: 3,4 segundos