Abarth 500: al cuore non si comanda
- Samuel Parra
…O al corazón no se le puede mandar, que diríamos aquí. Pasquale, el dueño de este Abarth, admite que como buen italiano, lo patrio tira más. Cuando llegó el momento de escoger un coche propio, tenía claro que buscaba un modelo exclusivo. Entre las opciones que valoró estaban el Renault Clio RS, el Peugeot 207 GTi o el Ford Focus. Sin embargo, cuando probó un Abarth 500 supo que había encontrado lo que buscaba: de pequeño soñaba con el Fiat 500D, y esta reedición era la alternativa moderna, cañera y exclusiva. Fue uno de los primeras unidades de la comarca de Barcelona, y levantaba pasiones allá donde iba. ![12](/images/post_images/abarth500/Abarth500_1_2.jpg) Su dueño, como buen amante de las modificaciones sabía que no lo iba a dejar de serie. Incluso antes de tener el coche ya andaba por foros italianos e iba recabando información y haciéndose una imagen mental de lo que quería que su Abarth llegase a ser. Tardó poco en empezar a hacer materializar su idea: a los 4 meses encargó la parrilla del Assetto Corse con las letras Abarth en color blanco y dos meses después instaló el kit Essesse que ofrece Abarth, el cual aumenta la potencia a 160 caballos, sustituye los discos de freno por unos perforados y cambia el tarado de la suspensión con unos muelles más cortos y duros que los de serie. Tras esta primera fase, Pasquale se trasladó a Turín y pudo experimentar por sí mismo la pasión que se respira en Italia por este modelo, y nunca le faltaban compañeros de ruta por carreteras de curvas. Quizá este nuevo uso fue lo que le llevó a empezar con modificaciones más radicales: se deshizo del catalizador de serie y lo sustituyó por uno menos restrictivo de 200 celdas que mejoró tanto la aceleración como el sonido. Fue entonces cuando se puso en manos de SerialTuning, el considerado _gurú de las reprogramaciones del grupo Fiat, y dejó que experimentasen cuanto quisiesen con su unidad. Tras sustituir unos sensores por los de un Punto SuperSport el coche dio 183 caballos en banco, toda una proeza para la pequeña turbina IHI de serie. El coche pasó de ser una pelotilla divertida a tener un comportamiento más violento y estar a la altura de coches como el Seat Ibiza Cupra o el Volkswagen Golf R32. “¿Pero de qué sirven tantas modificaciones si el piloto no les sabe sacar provecho?”
Esta pregunta, aún siendo perfectamente lícita, no aplica a Pasquale. Pese a haber instalado el kit Essesse, en un trackday organizado por Abarth al que asistió consiguió derretir la pintura de las pinzas Brembo de serie y dejar los frenos en un estado inservible, así que decidió instalar unos frenos en condiciones: KSport X6 con discos de 304 mm y pastillas Ferodo DS2500 que le otorgaron al Abarth una frenada “perfecta”.
Además de trabajar el sistema de frenado, Pasquale también se centró en el escape. Empezó sustituyendo el silencioso de serie por el de competición, pero como suele pasar en estos casos, quería más. En concreto, quería sacar llamas por el escape (¿y quién no?), así que también se deshizo del catalizador de alto flujo que había instalado y puso una downpipe libre. El sonido en las reducciones, según me cuenta, se asemejaba a los disparos de una Magnum, y asustó a una señora mayor en el centro de Turín hasta el punto de caérsele la compra al suelo. ![32](/images/post_images/abarth500/Abarth500_3_2.jpg) Tras concluir su estancia en Italia regresó a nuestro país para encontrarse con la ITV española y su “singular” normativa, por lo que tuvo que volver a montar el catalizador. Sin embargo, el sonido le sabía a poco, añoraba el jaleo. La solución a sus problemas llegó de la mano de Difisa, el concesionario oficial de Fiat en su localidad, que le suministró un escape oficial Record Monza, homologado y con válvula parcializadora, y la sinfonía de ruidos que salían de su escape volvió a ser la misma de antes. Pero tanto estruendo tenía que ir acompañado de una potencia a la altura, y es que a Pasquale se le empezaban a quedar cortos los 183cv. Se lió la manta a la cabeza e hizo sustituir el turbo de serie por un Protoxide GTO221 junto con nuevos colectores, downpipe de mayor diámetro, intercooler frontal, inyectores de mayor caudal y una nueva reprogramación a medida hecha por RPCorse, en Turín. Todas estas modificaciones aumentaron la potencia hasta los 230cv, pero el cambio más grande fue la manera en que esta se entregaba, pasando de un régimen útil de 2000-5000rpm a 2800-6800rpm. Contrario a lo que se pudiera esperar, el consumo del coche se redujo hasta los 7.5L/100km de media. No cabe duda que una buena electrónica es una de las partes más importantes en una potenciación, y acudir a buenos profesionales marca la diferencia. Tras (casi) haber estrenado coche nuevo, Pasquale se encontró con que le costaba mucho pasar de 220km/h, y tras darle vueltas se dio cuenta de que el problema eran las diferentes secciones del tubo de escape, por lo que encargó en DCC Racing (vuelvo a hacer hincapié en contar con buenos profesionales cuando hablamos de proyectos en los que se exprime tanto la mecánica de serie) un nuevo tramo central sin catalizador del mismo diámetro que la downpipe y con un estrechamiento tipo embudo para conectarlo al escape Record Monza sin paredes. Gracias al nuevo tramo, supera con creces los 240km/h, y para celebrarlo decidió que era momento de cambiar el _Gris Campovolo con el que había salido del concesionario por un rojo parecido al Vulcano Red de McLaren. El nuevo look lo completaron unas flamantes OZ Formula HLT. Si el artículo concluyera así, este Abarth 500 sería “simplemente” una muy buena unidad, rápida en circuito y con modificaciones hechas con gusto y cabeza… pero en el tiempo que he estado tratando con Pasquale para hacer este artículo me he dado cuenta de que este coche sigue un patrón, y es que cada vez que visita Turín vuelve irreconocible -y terriblemente más rápido-. Esta última cita con su patria no fue una excepción y, tras pasar por el quirófano, cuando regresó a España el Abarth estaba irreconocible.
A estas alturas te habrás dado cuenta de que Pasquale no da puntada sin hilo, y esta última ronda de modificaciones han convertido a su Abarth en un misil, y es que ha trabajado en casi todas las áreas donde el coche podía mejorar: empezando por el manejo, le ha instalado un Kit de suspensión Ohlins Road & Track, siendo éste no sólo el único en España sino uno de los sólo 4 que montan este kit en el mundo en el momento de publicar este artículo. Además, ha acompañado de este setup de suspensión con un kit completo de refuerzo de chasis DNA Racing. En lo que respecta a la transmisión, ha sustituido el diferencial de serie por uno autoblocante marca Prometeo Meccanica, instalado un short shifter y mejorado el embrague de serie con un kit Protoxide consistente en embrague reforzado y volante monomasa. La frenada ha vuelto a mejorar gracias a un nuevo kit de frenos Brembo procedente del Abarth 695 y unos latiguillos metálicos. Las modificaciones en el motor esta vez han consistido en un cárter sobremedida y un kit de admisión directa con filtro Pipercross, y como su intención es que el coche visite bastantes circuitos, ha instalado unos arneses Sabelt de 3 puntos sobre los asientos de serie, que espera sustituir pronto por unos Recaro Pole Position y homologar el coche como biplaza. He tenido el placer de seguir a este Abarth por carretera y, aunque vaya de paseo, es un coche que impone. Los constantes petardeos del escape, los amortiguadores dorados y los refuerzos de chasis que asoman cuando le da el Sol dan fe de que es una máquina única. De hecho, la transformación ha sido tal que Pasquale ha decidido darle unos toques únicos, a la altura de su proyecto, pero conservando todo el espíritu de la marca italiana: el anagrama fuoriserie ahora preside la parte trasera, mientras que en la parte derecha las siglas OT (Omologato Turismo) hacen intuir que no se trata de un Abarth cualquiera. Por último, ha sustituido el anagrama de serie por un 695. Aunque puede haber opiniones dispares sobre esta última, antes de que os forméis una opinión os dejo con la última lanzada en banco de potencia y un vídeo de una vuelta en Calafat con las modificaciones ya instaladas. Después de verlo, decidid por vosotros mismos si es merecedor o no de llevarla. Aunque Abarth se haya soltado la melena y hoy día uno pueda salir del concesionario con una máquina tan radical como el 695 Biposto, cambio de acoplamientos frontales incluido, personalmente disfruto mucho más de unidades como las de Pasquale. Mirándolo se aprecia la cantidad de horas y esfuerzo dedicados a materializar la visión que un día tuvo en su cabeza, y que hoy disfruta cada vez que se pone tras el volante. Como decía al principio, el corazón no entiende de razón, y Pasquale se quedaría este coche de por vida si le es posible. Sin embargo, hay otro italiano con el motor atrás y monocasco de fibra de carbono que le tiene el corazón robado… Sólo el tiempo dirá qué le depara a este 500 tan especial.
ESPECIFICACIONES
Exterior:
- Vinilado completo
- OZ Formula HLT 4H 17x7 color Grigio Corsa con plastidip en bronce
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Anagramas Fuoriserie, OT y 695 personalizados
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Parrilla Assetto Corse
Interior:
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Arneses Sabelt de 3 puntos
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Medidor de temperatura de colectores
Motor y escape:
- Turbina GTO221 v3 + downpipe de 63mm de Protoxide
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Colectores de Abarth Grande Punto SuperSport
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Inyectores de Abarth Grande Punto SuperSport
- Tramo central artesanal en inox de 63mm con catalizador 200 celdas HJS
- Tramo trasero Protoxide silenciado y monotubo artesanal no silenciado (para circuito)
- Intercooler frontal Protoxide con manguitos de silicona VenAir
- Cárter sobremedida Prometeo Meccanica
- Tapón de aceite Prometeo Meccanica
- Recirculación de vapores de aceite
- Admisión directa con filtro Pipercross
- Mapa motor por RPCorse con Launch Control
Frenos:
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Kit Brembo de 695 Abarth
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Latiguillos metálicos
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Pastillas Ferodo DS2500
Manejo:
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Neumáticos Federal 595RSR
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Kit de suspensión Ohlins Road & Track
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Diferencial autoblocante Prometeo Meccanica
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Short Shifter DNA Racing
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Embrague reforzado y volante monomasa Protoxide