717 cv de puro músculo desde Detroit
- Fran Borrego
En StreetRunners nos gusta enseñaros coches que destaquen de entre la inmensa cantidad de vehículos que recorren nuestras calles, bien porque sus dueños los han modificado o simplemente porque son modelos sumamente especiales. El caso que nos ocupa hoy es el segundo, y es que hay situaciones en las que es inevitable hacer una excepción; una de ellas, cuando tienes delante una bestia dotada de un V8 de 6.2 litros con supercharger bajo el capó, el cual desarrolla 717 cv, que, por si fuera poco, resulta ser la primera unidad que llega a nuestro país. Hablamos del Dodge Challenger SRT Hellcat. Sólo hace falta echar un vistazo al coche para que te impresione su tamaño. En Europa, las dimensiones de este americano están reservadas a grandes berlinas de representación o SUVs, pocos coupés de 5 metros de largo y casi 2 de ancho hay. Por muy profano que se sea en la materia, estar frente al Hellcat no deja lugar a dudas: es una máquina muy seria. La ya de por sí musculosa imagen del Challenger se ve reforzada por detalles aerodinámicos por toda la carrocería, todos ellos exclusivos de esta versión. Entre ellos destacan especialmente el lip delantero y el nuevo capó con ranuras de evacuación y una entrada de aire que parece inspirada en la del Dodge Viper de última generación.
Otro de los detalles más llamativos del Hellcat son sus llantas y frenos. El Dodge monta unas enormes llantas forjadas de 20” para poder albergar un inmenso equipo de frenado firmado por Brembo y que es el mayor que ha montado un vehículo de la familia SRT. Éste se compone por unos discos de 390 mm y una pinzas de 6 pistones en el eje delantero y 4 pistones en el trasero, sin duda necesarios para parar a esta mole de casi 2000 kilos cuando rueda a los más de 300km/h que es capaz de alcanzar. Pero sin lugar a dudas lo que más impresiona de este coche está bajo el capó. El espectacular V8 de 6.2 litros HEMI con supercharger es capaz de desarrollar 717 cv y 881 nm de par. Este motor está hecho como los de la vieja escuela, fabricado en hierro para aguantar la potencia sin problemas de fiabilidad. Sin embargo, en Dodge no han renunciado a poner toda la carne en el asador en cuanto a ingeniería se refiere, por ejemplo, integrando el intercooler del supercharger en la misma carcasa y refrigerándolo por aceite en vez de por aire. Como buen muscle, toda esa potencia va directa a las ruedas traseras a través de una caja de cambios automática Torqueflight de 8 velocidades. Aunque está disponible con ambos tipos de transmisión, la automática es sensiblemente más rápida, mejorando el 0-100 en 0,3 segundos respecto a la manual, lo que hace que pare el crono en unos increíbles 3,2 segundos. Otro detalle que deja claro el carácter del coche es la entrada de aire tipo ram air que lleva en el faro interior izquierdo, permitiendo que la admisión disponga del aire más fresco posible en todo momento. En este coche, casi todo está hecho para correr, y prueba de ello es que las parrillas delanteras, tanto de la calandra como la inferior se pueden extraer para que el coche se refrigere correctamente. Todo esto, unido al sistema de evacuación de calor en el capó hace de este coche un candidato perfecto para ir a circuito, darlo todo en él y volver a casa sin haber tenido ningún problema. Pero, ¿qué sería de un muscle sin su sonido? Al girar la llave (una de las dos que Dodge entrega con el coche, una negra, que limita la potencia a 500cv, y una roja, que es la que libera a la bestia y entrega toda la potencia que este monstruo es capaz de dar) el motor cobra vida entre unos tremendos alaridos. ¿No me crees? Escúchalo tú mismo.
Es impresionante como el ronco sonido del V8 es capaz de llenar toda la calle donde nos encontremos. El coche, que ya es llamativo de por sí con esas líneas tan agresivas y el precioso color bright white que la marca ofrece como opción, acapara todas las miradas una vez que se pone en movimiento. Todas y cada una de las personas a su alrededor se giran para observar de dónde viene el bramido que emana por los escapes, y el sonido característico del supercharger al trabajar en cada aceleración. Está claro que este es un coche espectacular y, sobretodo, muy, muy especial pese a estar tal cual salió de los bocetos de Dodge de Detroit, ya que por el momento Dodge no lo va a comercializar en España, y la única manera de acceder a él será mediante importadores. Esperamos que las ventas del Ford Mustang sean lo suficientemente buenas para que desde Chrysler se decidan a traernos las próximas generaciones de esta maravilla llamada Challenger, y así poder vivir también en el viejo continente la eterna discusión sobre cuál es el mejor muscle car del momento.