Tuning World Bodensee, para todos los gustos

Como adelantaba en el artículo de RWB Osechi, el tuning no está muerto en Europa. Prueba de ello es la cantidad de personalizaciones de todo tipo que se vieron durante el fin de semana que se celebró el Tuning World en la localidad alemana de Friedrichshafen. Aquí había de todo, para todos.

Pese a que los coches alemanes eran mayoría, eso no impidió que los asistentes pudiéramos ver todo tipo de proyectos: algunos puramente JDM, otros más orientados al car-audio e incluso algún que otro hot rod.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención es que el tuning barroco sigue existiendo en Alemania. En España fue una moda pasajera y ahora es casi imposible ver algún ejemplar por las calles, pero en el Tuning World había muchos, y bien hechos. Que gusten o no ya es criterio de cada uno, lo que está claro es que sus dueños siguen disfrutando de ellos y no les preocupa que ahora se lleven otras cosas. Al fin y al cabo, todo va por tendencias. Es cierto que hoy día a la mayoría no nos atrae este tipo de tuning, pero ¿quién sabe si dentro de 10-15 años no nos pasará lo mismo con los kits de ensanche remachados a pelo sobre la carrocería y las gomas estiradas montadas en llantas con varios grados de caída?

Para muestra un botón, este Honda CRX no habría desentonado en nuestras calles allá por 2001: Por no hablar de este Opel Calibra, que llevaba el kit completo: puertas de tijera, llantas cromadas y un gran subwoofer en el maletero. Algo que me gustó mucho fue la gran cantidad de coches que expusieron los asistentes. Es decir, normalmente las grandes marcas tienen dinero de sobras para preparar un coche con las mejores piezas de su catálogo y exponerlo en un salón como por ejemplo el de Tokio, pero se pierde ese toque “humano” del evento si no hay también una zona donde los entusiastas puedan exponer sus creaciones.

Pero como decía, ese no fue el caso del Tuning World, ya que la mitad de los pabellones estaban destinados exclusivamente a que los participantes aparcaran sus coches y los expusieran. También había organizados concursos de varios tipos con participación del público. En definitiva, no creo que ningún asistente tuviera queja en cuanto a la organización, puesto que bajo mi punto de vista fue de 10.

Mientras me paseaba por la zona de concursos, me llamó la atención que habían tenido el detalle de colgar banderas con las nacionalidades de todos los participantes. Gente que ha hecho cientos o miles de kilómetros, sólo para estar ahí y apoyar una buena concentración. Ahora viene la pregunta: ¿echáis en falta alguna bandera? Lamentablemente no se contó con participación española. Me pregunto si fue por la distancia o porque realmente el nivel de personalización que hay en este país (al margen del movimiento drift, que ha cobrado muchísimo auge en los últimos años) no es suficiente.

Uno de los vehículos más llamativos del concurso fue este S14 con el kit Rocket Bunny al completo, que incluye cambio de frontal y lo hace parecer más un muscle americano que un coupé japonés. He de decir que tenía mis dudas al respecto de este kit, y verlo en persona ha confirmado lo que pensé cuando lo vi por primera vez: no me gusta nada. El frontal está muy conseguido, eso sí, pero verlo de lado te hace pensar que algo no está bien, parece que hayan cortado el morro de un coche y se lo hayan puesto a otro. Y por detrás es peor todavía: no se han molestado en diseñar un paragolpes trasero, así que o vas con el de serie, o vas sin.

Vale que es la tendencia ahora mismo, pero con lo que cobran por sus kits deberían esforzarse un poco más y no sacarlos como churros. Me pasa lo mismo con el kit que han hecho de MX-5 NA: se ve inacabado por todos lados.

Había también mucha muestra de coches americanos, la mayoría hechos con muy buen gusto, o, al menos, con mucho trabajo encima. Pero si me he de quedar con alguno, es con este Corvette C2 ZR1 de 1964 al que se le habían aplicado muchísimas mejoras hasta hacer de él un coche completamente nuevo: desde una carrocería con muchísima fibra de carbono a un LS9 supercharged bajo el capó, pasando por unos enormes frenos de disco carbocerámicos. Era para estar horas admirándolo. También habían otros coches que, sin ser tan increíbles, estaban hechos con un gusto y mimo envidiables. Y a medio camino entre lo Americano y lo Europeo estaba este MINI, cuya carrocería había sufrido extensas modificaciones para hacer de él algo similar a un hot rod. “Sí, son coches bonitos con mucho trabajo encima, pero son para eso, para exponerlos” podría decir alguien. En efecto, pero como decía en la introducción, en el Tuning World hubo de todo, para todos. Este GT86 con el kit Rocket Bunny estaba cargadito de piezas de calidad. Sin embargo, no por simple “postureo”. Al lado del Toyota había un papel con sus logros: entre ellos, un tiempo de 7:55 en Nürburgring BTG. Da gusto saber que algunos de estos coches realmente se disfrutan para lo que fueron concebidos, para destrozar el asfalto. Y hablando de destrozar asfalto, mención especial a este Opel Corsa de drag con 1000cv desarrollados no por uno, sino por dos motores, uno por eje: No sabía qué me iba a encontrar cuando llegara, pero la verdad es que lo que vi me sorprendió muy gratamente, tanto que me dejó con un mal sabor de boca por no poder disfrutar de eventos así en nuestro país, tanto a nivel de organización como de espacio o calidad de los coches expuestos. Incluso -y lo que es más triste- de asistencia.

Sólo queda esperar a que la situación económica mejore, que los aficionados vuelvan a llevar sus ideas a la práctica y podamos disfrutar de algo similar aquí. Mientras tanto, habrá que conformarse con ver estas creaciones a través de la pantalla.