RWB Alemania #2 - Osechi

Cuando, hace unos días, subí a un avión con destino a Múnich, lo hice porque nos habían invitado a ver a Nakai-san, el creador de RAUH-Welt Begriff (RWB) modificar un Porsche 911 993, pero no me esperaba mucho más del viaje. Afortunadamente, estaba totalmente equivocado. Tuning World Bodensee, el evento en la pequeña localidad alemana de Friedrichshafen donde tuvo lugar el nacimiento del segundo RWB del país bávaro, me sorprendió muy gratamente: el tuning no está muerto en Europa. Estamos preparando un artículo con los coches que más nos gustaron, así que mientras tanto os dejamos con la crónica de cómo fue el nacimiento del segundo RWB de Alemania. Este artículo no pretende ser un análisis paso por paso de cómo se modifica un RWB (podéis leer nuestra crónica de RWB UK para eso), sino más bien tratar de compartir con vosotros cómo nos sentimos durante esos días en Friedrichshafen.

La aventura comenzó unas horas antes de despegar, cuando recibí una llamada inesperada: Sidney Hoffmann, el dueño del 993, no iba a llegar a tiempo al aeropuerto para recoger a Nakai-san, y como nosotros llegábamos a la misma hora que él, me pidió que le llevásemos hasta el hotel, a lo que accedimos sin problema.

…pero si hacer de chófer ya era de por sí una gran responsabilidad (que hiciera el coche en directo para todos los asistentes al Tuning World era uno de los principales acontecimientos del fin de semana), hacerlo por carreteras que no conocía, de noche, mientras nevaba como jamás había visto nevar y nuestro coche de alquiler (un Skoda Yeti con ruedas de verano) patinaba sin parar conforme se iba helando el asfalto fue ya rizar el rizo. Afortunadamente, un par de horas después de salir de Múnich llegamos sanos y salvos al hotel donde nos recibieron Sidney y Christian (de RWB Malasia). Nakai-san, ajeno a la tensión que habíamos pasado, se fue a descansar al hotel después de haber dormido durante todo el trayecto.

Nosotros hicimos lo propio y tras dormir unas horas nos pusimos en marcha hacia el recinto donde se celebraba el evento. Aunque el tiempo no había mejorado demasiado respecto a la noche anterior, lo cierto es que las instalaciones (tanto sala de prensa como el espacio abierto al público) eran sobresalientes. Pese a llegar a primera hora de la mañana, Nakai-san ya estaba trabajando cuando llegamos. Si estáis leyendo este artículo seguramente ya habréis visto alguno de sus vídeos modificando Porsches que plagan YouTube (nosotros también hicimos uno), pero verlo en persona es algo completamente diferente. No he visto jamás a alguien con tanta energía y tan detallista. Antes de darnos cuenta ya tenía el parachoques delantero ajustado completamente: lijado al milímetro para que encajara bien y todas las rejillas pintadas e instaladas en las entradas de aire.

Aproveché entonces para echar un vistazo al coche antes de que Nakai-san obrara su magia y cambiara radicalmente de aspecto. Cuando Sidney comenzó su búsqueda de un 993 para usar como base dio con uno que ya había sido preparado para circuito y contaba con varias mejoras como un depósito de gasolina más grande o los paneles interiores eliminados. ¿El problema? Presentaba un aspecto espantoso, ya que había sufrido un accidente y gran parte de la carrocería estaba afectada. Sin embargo, lejos de amedrentarse, decidió tomárselo como un reto personal y restaurarlo él mismo. Además, Sidney le añadió una jaula completa y eliminó aún más peso sustituyendo algunas partes de la carrocería por carbon kevlar. Para la suspensión optó por unas KW 3-way competition racing. También instaló un cambio CAE, considerado por muchos como la mejor modificación que se le puede hacer a la transmisión de estos coches. Si hay algún dicho que se cumpla en Nakai-san es si pestañeas te lo pierdes. Fui a hablar con algunos de los miembros de RWB que habían venido de otros países a hacer piña con Sidney (tuvimos visitantes Francia, Reino Unido y Bélgica) y, al volver al coche, ya había colocado el paragolpes delantero y estaba ajustando la primera pieza del alerón, que hace las veces de cubremotor. Si conocéis mínimamente cómo trabaja, sabréis qué viene a continuación: acabar de ajustar los aletines con su lija de banda y el punto de no retorno: cortar las aletas de serie para hacer sitio a las nuevas ruedas. Es un momento de gran expectación para quienes lo están viviendo en directo y que generalmente horroriza a los puristas, especialmente con los precios de locura que están alcanzando en el mercado los 911 aircooled. Pero también hace honor a las raíces de lo que RWB representa: “Rauh”, es decir, duro o tosco. Lo que para muchos significa destrozar un clásico de valor en alza, para unos pocos significa sellar un pacto con un hombre que se ha mantenido fiel a sus principios desde que empezara a modificar Porsches hace más de 10 años en un pequeño taller a las afueras de Tokio, a quien han confiado su coche porque creen en su visión de cómo debería ser un 911, y están dispuestos a hacerlo hasta las últimas consecuencias. Como suele ser costumbre, Nakai-san implicó al futuro dueño de su creación en el proceso, y le pidió a Sidney que acabara de cortar él las aletas. Tras los cortes, se colocan provisionalmente las aletas y el coche empieza a parecerse a cómo será cuando esté acabado. También aplica Sikaflex en las uniones del paragolpes con el resto de la carrocería, otra de las señas de identidad de un 911 RWB. Por cierto, ¿notáis algo diferente en el diseño del paragolpes delantero? El color blanco, las entradas laterales de aire… Como Sidney ya tenía un RWB993 (el primero de Alemania, Furusato, es decir, ciudad natal o patria, un guiño al origen alemán de la marca), Nakai-san y él quisieron hacer algo especial para este segundo coche. Dado que provenía del mundo de las carreras, se modificó el kit estándar de 993 que ofrece RAUH-Welt para hacer un one-off: un tributo al rarísimo 993 GT2 EVO, del cual se fabricaron tan sólo 11 unidades.

Conforme pasaban las horas, el número de visitantes fue reduciéndose hasta las 6 de la tarde, momento de cierre de puertas para el público general. Sin embargo, a Nakai-san no le gusta dejar las cosas a medias, y cuando el ruido y el ir y venir de público cesó por completo se puso manos a la obra otra vez, iluminado sólo por la luz de las pocas luces que quedaban encendidas, en un ambiente que recordaba vagamente a su taller en Kashiwa. Con cualquier otro, eso habría significado el fin del primer día. Sin embargo, RWB no son sólo coches modificados. Sus miembros están orgullosos de considerarse una familia, y nosotros hemos podido atestiguar que es verdad. Tras salir del recinto nos fuimos a cenar todos juntos, y pese a ser de todas partes del mundo, y algunos habiéndonos conocido aquel mismo día, fue una de las mejores cenas entre amigos que recuerdo. Entre risas e historias comprobamos que Nakai-san es el nexo que une a personas de todo tipo, por muy diferentes que sean. Todos tenemos una pasión común, y para unos pocos, RWB ha sido el medio para encontrarnos.

No quiero ponerme demasiado sentimental, pero no me gustaría escribir este artículo y no hacer mención de por qué RAUH-Welt Begriff es tan especial para mí, y de cómo Akira Nakai ha pasado de ser alguien que simplemente veía en la pantalla de mi ordenador como si de una superestrella se tratase a alguien a quien he podido conocer e incluso llamar amigo. Llevo meses preparando el artículo acerca de nuestra visita en Enero a su taller y cómo fue la semana que pasamos allí con él, por lo que pronto podréis apreciar mejor lo que os digo.

La noche acabó en un suspiro, y antes de que nos diéramos cuenta estábamos otra vez en el Messe Friedrichshafen preparados para el segundo día, que marcaría la finalización del coche.

La segunda jornada de trabajo para Nakai-san suele ser más calmada, aunque es en la que dedica más tiempo. Es perfeccionista hasta la médula, y el segundo día es el que usa para ajustar todo al milímetro: el coche no está listo hasta que él lo decida, y cuando dice que ya está, significa que está perfecto. Sin embargo, esta vez hubo contratiempos: había habido un error al encargar las llantas que tenían que ir en el coche y no se podían utilizar. Afortunadamente, Sidney había traído también a Furusato al Tuning World Bodensee, por lo que decidieron usar las llantas de éste, con los centros dorados en vez de los plateados de las que tenían preparadas. Personalmente creo que al final fue la mejor decisión, puesto que hacían una combinación genial con el blanco de la carrocería y el dorado de los vinilos. Con el problema solucionado, sólo quedaba el toque final: el momento en el que Nakai-san considera que el coche “nace”, cuando entre él y su nuevo dueño le quitan la protección al vinilo del parabrisas. Tras el apretón de manos, sólo quedaba firmar su obra. La afluencia al stand de RWB el resto del día fue incesante, y la mayoría de visitantes pudieron ver en persona el coche acabado. Con los más de 100.000 visitantes que tuvo el evento, no sería de extrañar que pronto veamos más creaciones de Nakai-san en el país bávaro de gente que, tras verle trabajar en directo, quiera uno propio. Tras atender a los muchos fans que querían una foto o un autógrafo con Sidney y Nakai-san, nos marchamos a visitar un lago de la zona antes de ir a cenar todos juntos. Como decía, son estos momentos los que hacen especial a RWB. No son los coches, es todo lo demás. Espero que hayáis disfrutado tanto como yo de la crónica, y que haya sabido transmitiros, al menos, una mínima parte de lo que yo viví. Si os gusta el trabajo de Nakai-san, estáis de enhorabuena: parece que el número de RWB en Europa está aumentando exponencialmente, y antes de final de año veremos el nacimiento de otra sede en un país vecino. Quién sabe, quizá pronto podamos ver alguno por nuestras calles…